lunes, 8 de octubre de 2007

A TIROS



Dijo una vez José Antonio en las Cortes: "Esto es tan importante, Sr. Prieto, que, ya le digo, yo no me hubiese dedicado para nada, no a usar la violencia, sino ni siquiera disculpar la violencia, si la violencia no hubiera venido a buscarnos a nosotros. Yo le aseguro al Sr. Prieto que cuando la primera vez oí detrás de mi coche el estampido de un petardo; que cuando la segunda vez supe que habían tiroteado un coche porque tenía casi el mismo número que el mío, y cuando he empezado a tener todas esas amenazas que justifican el, a juicio de la Comisión, terrible delito de que tenga seis especies de artes ancestrales, de grandes armatostes, tal vez inservibles para defenderme; cuando oí la primera vez el petardo; cuando supe después lo de esos tiros y lo de las amenazas, sentí dos cosas: la primera, el que los tiros me pudieran dar (desde luego reconozco que no tengo el más mínimo gusto en apresurar la apertura de mi «ab intestato»; la segunda, "que el día que me encontrara en los cielos con el metalúrgico, el carpintero o el campesino que me hubieran pegado los tiros por la espalda, en cuanto tuviéramos diez minutos de conversación, el metalúrgico, el campesino o el carpintero se convencerían de que, se habían equivocado al dirigir esos tiros."


Seguramente eso ocurrió. Pero el odio marxista y la indiferencia derechista, aquí en la tierra, han conseguido que ni uno solo de los trabajadores españoles sepa una línea de quien hizo la síntesis más perfecta de la Patria y la Justicia Social.


1 comentario:

Ramiro Semper dijo...

Por desgracia, camarada, pronto nos veremos obligados a usar la violencia de nuevo. Como sabes, la piara progresista ha decidido, con el apoyo cobarde de la derecha, prohibir cualquier acto en el Valle de los Caídos. Nos prohíben homenajear a nuestro Primer Jefe Nacional. Ya no nos dejan ni rezar. Quieren convertir el panteón glorioso de José Antonio en una especie de parque temático del revanchismo.
Cuando el enemigo demuestra su bajeza moral con el más vil de los actos, el de profanar tumbas, ya nada nos obliga moralmente a obedecer sus leyes injustas.
Esta gentuza, que se arrodilla ante los terroristas, ya ha demostrado cuál es el único lenguaje que entiende.
Una vez más, bienvenidos los tiempos difíciles...

http://antorchanegra.blogspot.com/